De vez en cuando sonrío cuando escucho a algunas de esas bandas "divertidas" que tanto suenan en este país; especialmente en el mundillo más indie, hay bastante de ésto: bandas con un concepto ameno, grandes dosis de ironía en las letras, no de gran calidad en lo musical, pero perfectamente compensadas con un concepto llamativo.
Suelo sonreír porque, efectivamente, su música me resulta divertida. Pero ahí acaba todo. Más allá de eso, hay poco que me enganche: la profundidad con la que ello penetra en mí es parecida a la de un buen chiste; de hecho, tienen un mecanismo parecido en mí y creo que en el resto del mundo: me río cuando lo escucho, y puede que vuelva a reírme una segunda vez; tras eso, se lo cuento a mis colegas y, como el chiste es bueno, todos se ríen la primera y puede que la segunda vez, y ellos se lo contarán a sus colegas, y así sucesivamente, hasta que el chiste se gasta.
Uno se va haciendo mayor y cada vez quiere cosas más de verdad, de esas que se hacen sin pensar en una fórmula determinada, de esas que salen en un momento único, que nunca podrán repetirse. También me gustan las cosas cuidadas, la sensación de algo bien hecho, y no me refiero sólo al apartado de lo técnico, sino más bien al mimo que se desprende de todo ello, a cuánto se quedó de uno mismo en aquello que se hizo.
Hace pocos meses me llegó a mis oídos el nuevo disco de Tulsa, y desde entonces lo he escuchado muchas, muchas veces; no de un modo compulsivo, sino escogiendo cuidadosamente cada momento en el que me lo ponía, porque el mismo esmero y la misma emoción que lo creó merece la mayor y mejor de mis atenciones. Y cada vez que he escuchado "Matxitxako" se me han llenado los ojos de lágrimas.
No hay nada peor que la buena música ignorada por las audiencias que sólo quieren cosas divertidas y amenas, que prefieren evitar las verdades y refugiarse en aquello que es fácil y liviano. Claro está, los chistes son necesarios, pero al igual que una persona que cuando habla sólo cuenta chistes se hace cansina y vacía al cabo de un tiempo, la música que simplemente se limita a divertir se me va haciendo aburrida.
Suelo sonreír porque, efectivamente, su música me resulta divertida. Pero ahí acaba todo. Más allá de eso, hay poco que me enganche: la profundidad con la que ello penetra en mí es parecida a la de un buen chiste; de hecho, tienen un mecanismo parecido en mí y creo que en el resto del mundo: me río cuando lo escucho, y puede que vuelva a reírme una segunda vez; tras eso, se lo cuento a mis colegas y, como el chiste es bueno, todos se ríen la primera y puede que la segunda vez, y ellos se lo contarán a sus colegas, y así sucesivamente, hasta que el chiste se gasta.
Uno se va haciendo mayor y cada vez quiere cosas más de verdad, de esas que se hacen sin pensar en una fórmula determinada, de esas que salen en un momento único, que nunca podrán repetirse. También me gustan las cosas cuidadas, la sensación de algo bien hecho, y no me refiero sólo al apartado de lo técnico, sino más bien al mimo que se desprende de todo ello, a cuánto se quedó de uno mismo en aquello que se hizo.
Hace pocos meses me llegó a mis oídos el nuevo disco de Tulsa, y desde entonces lo he escuchado muchas, muchas veces; no de un modo compulsivo, sino escogiendo cuidadosamente cada momento en el que me lo ponía, porque el mismo esmero y la misma emoción que lo creó merece la mayor y mejor de mis atenciones. Y cada vez que he escuchado "Matxitxako" se me han llenado los ojos de lágrimas.
No hay nada peor que la buena música ignorada por las audiencias que sólo quieren cosas divertidas y amenas, que prefieren evitar las verdades y refugiarse en aquello que es fácil y liviano. Claro está, los chistes son necesarios, pero al igual que una persona que cuando habla sólo cuenta chistes se hace cansina y vacía al cabo de un tiempo, la música que simplemente se limita a divertir se me va haciendo aburrida.
8 comentarios:
"I am suspicious of all the things that the average citizen believes" H.L. Mencken.
Un saludo.
Muy Chulo el grupo Tulsa, la verdad es que os pegan bastante...
Es verdad eso de que hay que escucharos en los momentos adecuados!!!.
Os pediria que vinieseis a Granada de nuevo, os vi en la telonera y en Ojen y quiero volver a veros!!.
Haced un poder!!!
César: Buenísimo... :)
Gala: Muy halagador que pienses que Tulsa nos pegan! Y claro que volveremos a Granada, aún no hay nada concretado pero a Granada siempre hay que volver, una, dos o cien veces!
El mundo es así. Se lleva lo moderno.
Música en serie para oidos amaestrados. Viste así, y que la musica sea lo mas superficial posible. Siempre, siempre, siempre.
Atrás quedó tumbarse en la cama, mirar al techo y escuchar cada sonido, nota o sílaba de una canción, cosa que opino que hace mucha falta y que cada dia se reduce más a resultar divertido en la discoteca de moda. Y todo dictado por dos gafasdepasta de Fred Perry (sin ningún descalofocamiento a la gente que las posea) que se creen gurús de la música sin saberse las notas musicales..
Nueve. Galileo?
Descalificamiento. Ya no sé ni escribir..
Sonreír, llorar, saltar, brincar, sentir, amar, gritar, cantar, escuchar, dibujar, pintar, escribir, respirar, suspirar, aullar, girar, flotar, volar, correr, soñar...eso es lo que consiguen vuestras canciones conmigo Manuel.
De los millones de momentos que tiene uno que vivir en esta vida, cuando son buenos aun son mejores cuando sonáis de fondo (o de frente).
Sois gente de música profunda, de la que entra al alma y remueve los sentidos. Hacéis fluir en el ambiente emociones que nos despegan del cuerpo que nos sostiene y nos permitís navegar en vuestros versos y vuestros acordes. Sensaciones como esta no las consiguen muchos grupos y es de agradecer que sigáis por esta ruta que intenta cubrir la música más mediática.
Añado a esto ya que viene al tema, la alta calidad de Tulsa, lo mejor, sus temas, cuidados al detalle y con toda delicadeza.
No más me queda que deciros que tengo sed de vuestros directos, así que creo que os veré pronto por Madrid.
Un abrazo a todos!!!
Seguid así!!
@Miguel: Y yo puedo decirte a ti que éso que nos acabas de poner hace que todo cobre sentido, y que de algún modo la rueda sigue siempre que la buena música encuentra una respuesta como la tuya.
@Neurótica: Completamente de acuerdo, el mundo es así, y es una pena. El 9 de febrero Havalina no estará en Galileo; hemos sido anunciados en algunos lugares por error, pero nos es imposible estar allí ese día. Yo estaré, no obstante, poniendo mi pequeño grano de de arena tocando la guitarra con The Cabriolets :)
Lo mismo pasa con la literatura y con el cine. Se lleva lo comercial, aquello que te ayude a dejar de pensar y que te desconecte de tus sentimientos o creencias más profundos. Yo prefiero todo lo contrario. Para mí la evasión consiste en conectar con una letra, una melodía, un libro o una película que sabe expresar adecuadamente sentimientos o ideas afines a los míos o que es capaz de despertar sentimientos e ideas nuevos dentro de mí. Todo lo demás es morralla prescindible y desechable.
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