Algunos aún nos preguntan porqué nos quitamos el "blu" del nombre. Pues bien, cansados ya de seguir dando cancha a esta absurda cortina de humo, he aquí la realidad del asunto. Visto que no ganábamos un duro con el negocio de la música, quisimos ampliar horizontes empresarialmente hablando, así que ni cortos ni perezosos fundamos un emporio de lavanderías con el fin de conquistar el mundo a base centrifugados. Utilizando nuestra misma tipografía de la época, creamos Onda Blu, una serie de establecimientos autoservicio de higiene textil especializados en quitar la guarrería del día siguiente a un concierto mediante el empleo de ácido sulfúrico entre los componentes de los detergentes. Como extensión de nuestra marca decidimos que en todas las franquicias sonara "Tom Says" en un loop interminable.
El negocio iba imparable, pronto teníamos más de 200 establecimientos por toda españa. Justo salía del concesionario de comprarme mi segundo Porsche cuando pensé "hey, ni recuerdo cuándo fue el último día que ensayamos". Nos dimos cuenta que el dinero estaba haciendo mella en nuestra vena creativa. Ya no queríamos ensayar ni sacar discos, se vivía muy bien siendo un nuevo rico como para estar dando interminables giras a lo largo de Híspalis. Total que al final, decidimos desvincularnos del proyecto, vendimos todas nuestras acciones y donamos todo el capital que habíamos acumulado a la Fundación Cañita Brava. Para poder efectuar esa separación totalmente, tuvimos que quitar el Blu del nombre del grupo.
Y así es que hoy en día, somos de nuevo pobres, escuchamos blues en nuestros sillones, y seguimos sacando discos; pero en algunos sitios, como en la calle Fuencarral, aún queda la prueba de lo que conseguimos fuera de la música.
El negocio iba imparable, pronto teníamos más de 200 establecimientos por toda españa. Justo salía del concesionario de comprarme mi segundo Porsche cuando pensé "hey, ni recuerdo cuándo fue el último día que ensayamos". Nos dimos cuenta que el dinero estaba haciendo mella en nuestra vena creativa. Ya no queríamos ensayar ni sacar discos, se vivía muy bien siendo un nuevo rico como para estar dando interminables giras a lo largo de Híspalis. Total que al final, decidimos desvincularnos del proyecto, vendimos todas nuestras acciones y donamos todo el capital que habíamos acumulado a la Fundación Cañita Brava. Para poder efectuar esa separación totalmente, tuvimos que quitar el Blu del nombre del grupo.
Y así es que hoy en día, somos de nuevo pobres, escuchamos blues en nuestros sillones, y seguimos sacando discos; pero en algunos sitios, como en la calle Fuencarral, aún queda la prueba de lo que conseguimos fuera de la música.
1 comentario:
¡JA,JA,JA! Bueno, aunque pobres, la música mola más que las lavanderías. ;)
Besos!
Publicar un comentario